Rise of the Eldrazi: Report

Hay tantos blogs de mtg como expansiones. Este es como Rise of the Eldrazi; no parece que haya nada bueno pero tiene secretos por descubrir.

La vida es como una caja de boosters, nunca sabes lo que vas a abrir. Con ese pensamiento rondando mi cabeza llegué a la presentación del Levantamiento de los Eldrazi, a pesar de llegar lo suficientemente tarde para que un Elvish House Party fuera algo a tener en cuenta, los kobolds de la tienda no me defraudaron y abrieron una hora más tarde.

Puede que suene algo cruel calificar a alguien de kobold, pero cuando llevas años viéndoles hacer 0/1 en los cambios y ventas (0 para tí y 1 para mí), empiezas a darte cuenta de que la vida es más injusta que abrir un Lanzar a través del tiempo foil.

Cada vez que estoy esperando a abrir el material me siento como un cadete trasgo, todos sentados oyendo como alguien más viejo, más verde y más tonto que nosotros farfulla un montón de cosas sin sentido. Afortunadamente ya he desarrollado mecanismos para pasar estos tediosos momentos y me pongo a imaginar sets de Magic sin erratas ni errores de traducción.

Cuando parece que ya podemos disfrutar del placer de abrir nuestros boosters, cargados de maravillas que no nos quedaremos (la vida a veces puede llegar a ser irónicamente cruel) nuestro particular capataz trasgo (papel usualmente interpretado por el kobold de la tienda aunque en ocasiones es sustituido por un ente más despiadado, aka judge nos reparte las hojas de registro mientras nos explica el significado de «usado» y de «total». Creo que deberían dar clases de esto y permitir venir algo más tarde a los jugadores que sabemos leer y queremos dormir.

Grrrargggg

Terminado el cansino proceso de registro y construcción, llegas a la conclusión de que en una vida anterior debiste ser un ser realmente despreciable para sufrir en esta el reencarnado castigo de abrir tres Experiencia cercana a la muerte. La primera ronda empieza y te toca contra un chaval que cada vez que usa un mana tira la tierra al cementerio. Lo triste del asunto es que ha abierto todos los pinos que tú no abriste y te pasa por encima con su mazo pentacolor lleno de dobles costes.

Afortunadamente la humillación es rápida y te da tiempo a salir fuera a fumar y a patear cualquier cosa.

Afrontas la segunda ronda más relajado contra el que posiblemente sea el jugador más lento de todo el torneo. ¿Por qué el mol no puede ser real? ¿tanto cuesta comprar un cronómetro? Cuando cantan turnos aún estás en mitad de la primera partida, los ojos rojos, algunas cartas de tu mano ilegibles de tanto moverlas. Afortunadamente los turnos extra son iguales para todos y acabas ganando in extremis.

Llegados a este punto el drop planea sobre ti como un buitre al acecho. Para colmo te emparejan con uno de tus colegas de expediciones a PTQs, GPs y demás. No podéis pactar, de modo que uno de los dos cae eliminado (con vuestros crap decks habría sido más justo tirar un dado para ver quien ganaba).

En las siguientes  rondas se suceden una serie de lógicas victorias, teniendo en cuenta el pro-level de jugadores que te puedes encontrar en una presentación.

Por supuesto palmas en la última ronda contra el típico random que va de pro, y te da la chapa con su vida mientras intentas recoger lo más rápido posible y largarte de ahí. Obviamente con un X-2 no pillas ni la gripe, así que optas por una salida nocturna esperando que la noche depare algo mejor.

Espero que en las launch party no haya tal multitud de gente transpirando.